jueves, 10 de mayo de 2012

DESCRIPCIÓN



COMPLEJO DEPORTIVO “ATANASIO GIRARDOT” Y PLAZA SURAMERICANA

La Unidad Deportiva Atanasio Girardot (Se le bautizó con este nombre en honor al prócer colombiano Atanasio Girardot quien luchó en las guerras de independencia de Colombia y Venezuela) es un complejo deportivo, que se encuentra en la Ciudad de Medellín y fue creado, buscando un espacio propicio para el desarrollo del deporte durante el proceso de industrialización de la ciudad. “Cuenta con las siguientes instalaciones: Estadio Atanasio Girardot, Coliseo Cubierto Iván de Bedout. Estadio de Atletismo Alfonso Galvis Duque, Velódromo Martín Emilio Cochise Rodríguez, Diamante de Beisbol Luís Alberto Villegas y el Coliseo Auxiliar Yesid Santos. También alberga en sus instalaciones numerosas ligas deportivas entre las cuales se encuentran las siguientes: Atletismo, baloncesto, balonmano, béisbol, ciclismo, esgrima, fútbol, gimnasia, judo, karate, microfútbol, monopatín, motociclismo, natación, patinaje, halterofilia (pesas), softbol, taekwondo, tejo, tenis de campo, voleibol, ajedrez, tenis de mesa, voleibol de playa y fútbol americano.

El Estadio y la Unidad Deportiva Atanasio Girardot se encuentran ubicados en una de las zonas residenciales más centrales de la ciudad, el Barrio Estadio de la Zona Centro Occidental, en la confluencia de dos de las arterias viales principales del distrito: la Avenida 70 que corre de sur a norte y la Avenida Colombia que corre de oriente a occidente. Contiguo al Estadio están otros centros de primer orden como todo un complejo educativo conformado por el Colegio Nacional Marco Fidel Suárez y el Colegio San Ignacio. Al oeste del complejo deportivo existe una exclusiva zona comercial en la cual se encuentra el centro comercial "El Obelisco". Al sur, la Estación Estadio que permite un estratégico acceso a otras latitudes del Área Metropolitana de Medellín y al noroeste la IV Brigada del Ejército de Colombia.”[1]. Este complejo, tiene acceso por toda su periferia, es decir, por la calle Colombia (la 50ª), por la carrera 74, por la calle 48 (la canalización) y por la carrera 70.

Para adentrarnos en la historia de la unidad deportiva “Atanasio Girardot” debemos recordar que antes del montaje de este gran proyecto, existieron en la cuidad variedad de canchas de fútbol dándole así un comienzo al balompié de nuestra ciudad en 1913. Estas canchas ocuparon terrenos donde hoy se logran ver grandes e importantes construcciones.

En la construcción del estadio se invirtieron aproximadamente 4 millones de pesos, en la cual participaron centenares de trabajadores municipales y unos 200 reclusos de la cárcel ”La Ladera”, emprendida y ejecutada del 20 de enero de 1952 al 19 de marzo de 1953, la última, fecha en la que se entregó oficialmente el estadio a toda la ciudadanía. La tan anhelada inauguración del Atanasio se llevó a cabo con un magnífico programa logístico y de un alto valor espiritual a cargo de Monseñor Buenaventura Jáuregui obispo auxiliar en ese entonces de la diócesis de Antioquia. La ciudad este día, al mando de Ocampo Álvarez, vivía una gran fiesta, empezando con competencias de atletismo, seguido del fútbol que despertó gran emoción a los asistentes.

La Unidad Deportiva en sus inicios contaba con un estudiado montaje como lo fueron sus tribunas con capacidad para treinta mil espectadores, un drenaje perfecto, amplias avenidas de acceso, parqueaderos para quince mil autos y jardines que le daban un hermoso aspecto a la obra. Los diseñadores tuvieron en cuenta un aspecto colorido: el verde esmeralda de la cancha de balompié asemeja una enorme mesa de billar, un anillo de color bermejo la circunda -era la pista de atletismo hecha por primera vez en Colombia con polvo de ladrillo-, en los extremos de la cancha aparecían los fosos de lanzamiento que mejoraban la estética al romper con la rígida simetría del trazado que hay en ella; en esta cancha se llevaban acabo competencias a parte del atletismo como garrocha, martillo, lanzamiento de jabalina, bala, etc. contaba con tres bares y una cocina que garantizaba el servicio mas completo para todos los concurrentes. Cabía un total de 32.300 espectadores cómodamente ubicados.

Nombres como Federico Ospina, José María Bernal (alcalde de la época), Jacques de Bedout, Jorge Ortiz, Rodrigo Mejía, Luis Alberto Villegas y Roberto Ocampo son recordados con emoción e inmensa gratitud ya que sacaron a flote la obra y le dieron más nombre y gran alegría a la ciudad.

Con el pasar de los años se vio la necesidad de ampliar el estadio, así hecho y terminado satisfactoriamente con una nueva tribuna para 8.100 espectadores, uno de los motivos por los cuales este proyecto fue aprobado fueron los juegos Centroamericanos y del Caribe programados para el mes de julio de 1978 en Medellín. La ampliación fue inaugurada el día 12 de octubre de 1977 y celebrada con una gran ceremonia. Esta última ampliación dio lugar a 42 mil espectadores y con ella se decretó un alza en las tarifas de ingreso que favorecieron a los equipos paisas notablemente.

Gracias a estos juegos se aprobaron los programas y se procedió a la ejecución de obras importantes, entre ellas el parque recreativo ¨Atanasio Girardot¨ ubicado al occidente de Medellín en el sector de la América.

El administrador del estadio, Iván Valencia, comenta que: “…Para el año 1978 que fue el tema de los Centroamericanos y del Caribe… hubo una gran importancia y fue la tribuna inicial de Oriental  y toda esa conformación con relación a lo que fue el primer piso … viene la transformación en el año 92 más o menos, que termina, ya, la tribuna Oriental alta , sur y norte, luego viene otra transformación importante en el estadio, con relación a lo que es un mantenimiento de la figura estructural que es la sismo resistencia… El estadio cambió un poco su fisionomía cuando le colocaron estas ariostas, que son unos cuerpos metálicos que soportan, para el tema de sismo resistencia y alargan mucho más la vida útil del escenario. Decimos que puede alargar 30, 40 años…”

El 11 de abril de 1991 se estrenó la nueva ampliación del estadio Atanasio Girardot, dispuesta por  el entonces alcalde de Medellín, Juan Gómez Martínez. El estadio quedó con las tribunas altas en los costados norte y sur, con una capacidad total de 53 mil espectadores, dos camerinos adicionales, un puesto de policía y otro de enfermería, planta diesel para iluminación, ampliación de palcos y cabinas, remodelación de las casetas para técnicos y periodistas, ocho cafeterías interiores, seis unidades sanitarias para hombres y dos para mujeres en cada costado, así como espacios para bomberos, defensa civil, comité metropolitano de emergencias, ligas deportivas y otras dependencias del municipio. Esta remodelación se dio, precisamente, por la Copa Libertadores, así lo afirma Iván Valencia: “…El Estadio sí se ha transformado en varias fases… por ejemplo hasta el año 95 digamos que se hizo una etapa que fue la tribuna oriental y la tribuna sur y norte (primero y segundo piso), ahí digamos que fue una etapa importante con relación a lo que fue la época de Copa Libertadores y fue toda esa necesidad y ese apogeo de ampliar los estadios, porque el fútbol en esos momentos era un interés general…”

En el parque público recreativo se incluye la iluminación total, plazoletas peatonales, bulevar que une la Plaza de Banderas con la futura estación del metro, baños públicos y surtidores de agua, reubicación de canchas de baloncesto, tejo y balonmano, mejoramiento del diamante de beisbol y varias otras como andenes, bancas, arborización, jardinería y redes de aguas lluvia. El gerente de la ampliación y remodelación fue el ingeniero Efraín Álvarez y se invirtieron dos mil millones de pesos y se contó con el apoyo de varias empresas de la ciudad.

Para demarcar las principales entradas, se construyeron dos plazas que le dan carácter cívico a toda esta área de esparcimiento: “La Plaza de Banderas” situada en el sector, tenía como marco las mayores construcciones del conjunto, constituida además por una amplia zona dura en forma circular, siguiendo el principal eje del parque, dotada además con una fuente luminosa y los mástiles necesarios para colocar las banderas de los países que tomaron parte en los juegos. Finalmente su zona central tiene una obra a manera de isleta.

“El parque Banderas, que hoy se llama Plaza Suramericana, se hizo a raíz de lo que fue los juegos del 78, porque hay un protocolo a nivel deportivo y es de que para estos juegos se tiene que izar las banderas, y eso tiene todo un cuento protocolario en el cual se izan las banderas, se quedan hasta que se acabe, entonces digamos que ahí se le bautizó inicialmente “Parque de Banderas. El Parque de Banderas en ciertos momentos históricos ha tenido altibajos, descuidos, pero hoy, digamos, a raíz de que EPM cuida los parques y las fuentes de aguas, ellos asumen el cuidado de lo que es ya la Plaza Suramericana, entonces la fuente de agua ellos la cuidan, la administración le colabora con el cuidado de lo que es de pronto la pintura, o izar las banderas… y pues obviamente todo lo que esta alrededor, de la limpieza de la plaza de banderas, hay contratos de mantenimiento, contratos con el Jardín Botánico para los jardines, la rosería, arbustos; con empresas varias, el tema de aseo… y hay una cultura también que se está generando con el ciudadano que aprenda a botar y a reciclar con el tema de las basuras… Se volvió un punto de referente de la ciudad…” (Iván Valencia).
La segunda plaza fue una fuente, la cual servía de ornamentación del parque, de acceso peatonal y dispone de un espejo de agua central, rodeado de jardines ornamentales que le imprimen un carácter de frescura y tranquilidad.

La Unidad Deportiva hasta este entonces ya contaba con una gran variedad de escenarios: estadio Atanasio Girardot, Coliseo Mayor de baloncesto, Velódromo, diamante de beisbol, polideportivo, piscinas olímpicas, piscina escuela, coliseo menor de baloncesto, diamante de softbol, estadio de atletismo, canchas de tenis, canchas de fútbol, patinódromo y cancha de hockey.

Este complejo deportivo ha mantenido un continuo proceso de avance y transformación, pues como lo asegura Iván Valencia, “todos los alcaldes electos que han pasado por la ciudad en estos 20 años, han tenido que ver con la unidad deportiva, la han transformado, porque han visto en ella como un epicentro cultural de encuentro ciudadano, para poder generar en ella todo un desarrollo estratégico y de imagen… Ha habido otras situaciones sociales donde han hecho que el INDER con las comunidades vayan viendo que  el deporte, la recreación, el tiempo de ocio, el tiempo libre sea una manifestación cultural de necesidad de respuesta a los jóvenes, a las personas, como una actividad en donde la comunidad reclama espacios públicos y espacios deportivos dónde hacer actividad…”

Posterior a esto, la ciudad adquirió un compromiso internacional con los Juegos Suramericanos que propiciaron un cambio rotundo a la estructura que ya se poseía. Estos cambios requirieron “de unos recursos importantísimos de la nación y del departamento, pero sobretodo, del municipio. El municipio invirtió con relación a todo el proyecto aproximadamente 350 mil millones de pesos, eso es una plata  representativa, importante en un año para una ciudad…” esto potenció “la imagen internacional de Medellín en relación a lo que es un epicentro deportivo y cultural. A nivel suramericano somos uno de los escenarios y complejos deportivos mas completos…” (Iván Valencia)

Quienes dirigieron este proyecto de remodelación fueron los arquitectos Giancarlo Mazzanti y Felipe Mesa, los cuales pretendían conmemorar uno de los símbolos de la ciudad de Medellín: las montañas, dando así a través de las curvaturas la sensación de una continuación en el horizonte. “Además la parte exterior (paredes) está conformada por una textura que de una manera u otra funciona como punto focal a la mirada. Esta textura simula una modulación de hojas, la cual complementa el concepto que hace honor a la topografía antioqueña.” [2]

Iván Valencia afirma que los colores que se ven alrededor del estadio buscan “…como darle un poco más de impacto vistoso, en relación a que la unidad de pronto era fría, pero todos esos colores le dan un poco más de vida…”

Se pensó también en un concepto de espacio público con relación al ventero, buscando dignificar su trabajo con la construcción de los módulos que se ven alrededor del complejo, de modo que dentro de sus establecimientos comerciales pudieran estar en condiciones higiénicas.

Con lo que respecta a la Plaza Suramericana (o parque banderas), a través del monumento de las banderas, se buscó hacer un reconocimiento a los 15 países participantes de los Juegos Suramericanos, también, a través de adoquines de cemento que tenían plasmados el nombre de cada país. Estos se encuentran ubicados y distribuidos en los andenes a los alrededores de la unidad deportiva.

Más adelante se sobrevino “…un hecho también importante a nivel internacional y fue el Mundial de fútbol juvenil. Representa mucho para la ciudad, a nivel publicitario representa más que los juegos Suramericanos, el solo hecho de un deporte como es el fútbol, puesto que  lo que es la FIFA, planteó una estrategia publicitaria, alrededor del mundo (Haber traído a Colombia el segundo evento más importante de ellos: lo ven mas de 200 millones de espectadores en el mundo). Ahí la ciudad hizo también un esfuerzo importante, más o menos 20 mil millones de pesos de parte de la municipalidad… se dio todo el cambio de camerinos… con las exigencias que la FIFA pedía, intervino la red de incendios… se mejoró los palcos, se mejoró el tema del sonido, la cancha de fútbol como tal, se mejoró también lo que es la señalización, se intervino en silletería, en aire acondicionado, en todo lo que se pedía a nivel de esta organización…” (Iván Valencia).

Todos estos cambios que se han dado a lo largo de la historia, han hecho del complejo deportivo Atanasio Girardot un lugar acondicionado para la interacción cultural de diversos grupos, quienes buscan allí sus espacios, haciéndolos propicios para las manifestaciones culturales. Es por esto que se vuelve común la gran concurrencia que tiene este espacio público. Así lo afirma Iván Valencia: “Hoy a la unidad, mensualmente, vienen, con todos los programas nocturnos que tenemos (tenemos programas en salud para discapacitados, aeróbicos, ciclovías, en fin, tantos eventos)… más de las 500 mil personas… “. Y aunque este espacio público está regulado por el INDER, se le permite la libre utilización de ciertas zonas a todos los actores culturales. Así lo explica Iván Valencia: “…Desde la apropiación del espacio usted lo puede hacer de una manera tal, en la cual usted no intervenga en muchas situaciones: primero, que no este obstaculizando; segundo, que esté haciendo una situación indebida; Y tercero, que haga un buen uso de él… No es lógico que se ubiquen en zonas de acceso… se les permiten que usen los pisos duros, las zonas verdes en donde no incomodan a nadie, no molestan a nadie…Tienen un concepto bien interesante, estos grupos, en lo particular, me parece que son muy importantes, hacen parte de la cultura de la ciudad, de ir generando la apropiación del espacio público de una manera sana, interesante, como otra opción, entonces no los vemos como un problema, no nos estorban, no son grupos o personas que tampoco generen el vicio… gente muy sana, la verdad, ahí uno nota que hay una cultura interna por la música, la cultura, el baile, también la parte deportiva… reúnen muchas condiciones favorables…”


[1] http://www.arqhys.com/construccion/estadio-atanasio-girardot.html
[2] http://atanasiogirardo777.blogspot.com/p/caracteristica.html