COMPLEJO DEPORTIVO ATANASIO GIRARDOT
jueves, 17 de mayo de 2012
lunes, 14 de mayo de 2012
jueves, 10 de mayo de 2012
DESCRIPCIÓN
COMPLEJO DEPORTIVO “ATANASIO
GIRARDOT” Y PLAZA SURAMERICANA
La
Unidad Deportiva Atanasio Girardot (Se le bautizó con este nombre en honor al
prócer colombiano Atanasio Girardot quien luchó en las guerras de independencia
de Colombia y Venezuela) es un complejo deportivo, que se encuentra en la Ciudad de Medellín y fue creado, buscando un espacio propicio para el
desarrollo del deporte durante el proceso de industrialización de la ciudad.
“Cuenta con las siguientes instalaciones: Estadio Atanasio Girardot, Coliseo
Cubierto Iván de Bedout. Estadio de Atletismo Alfonso Galvis Duque, Velódromo
Martín Emilio Cochise Rodríguez, Diamante de Beisbol Luís Alberto Villegas y el
Coliseo Auxiliar Yesid Santos. También
alberga en sus instalaciones numerosas ligas deportivas entre las cuales se
encuentran las siguientes: Atletismo, baloncesto, balonmano, béisbol, ciclismo,
esgrima, fútbol, gimnasia, judo, karate, microfútbol, monopatín, motociclismo,
natación, patinaje, halterofilia (pesas), softbol, taekwondo, tejo, tenis de
campo, voleibol, ajedrez, tenis de mesa, voleibol de playa y fútbol americano.
El
Estadio y la Unidad Deportiva Atanasio Girardot se encuentran ubicados en una
de las zonas residenciales más centrales de la ciudad,
el Barrio Estadio de
la Zona Centro Occidental,
en la confluencia de dos de las arterias viales principales del distrito: la
Avenida 70 que corre de sur a norte y la Avenida Colombia que corre de oriente
a occidente. Contiguo al Estadio están otros centros de primer orden como todo
un complejo educativo conformado por el Colegio Nacional Marco Fidel
Suárez y el Colegio
San Ignacio. Al oeste del complejo deportivo existe
una exclusiva zona comercial en la cual se encuentra el centro comercial
"El Obelisco". Al sur, la Estación Estadio que
permite un estratégico acceso a otras latitudes del Área Metropolitana de
Medellín y al noroeste la IV Brigada
del Ejército de Colombia.”[1].
Este complejo, tiene acceso por toda su periferia, es decir, por la calle
Colombia (la 50ª), por la carrera 74, por la calle 48 (la canalización) y por
la carrera 70.
Para adentrarnos en la historia de la unidad deportiva
“Atanasio Girardot” debemos recordar que antes del montaje de este gran
proyecto, existieron en la cuidad variedad de canchas de fútbol dándole así un
comienzo al balompié de nuestra ciudad en 1913. Estas canchas ocuparon terrenos
donde hoy se logran ver grandes e importantes construcciones.
En la construcción del estadio se invirtieron
aproximadamente 4 millones de pesos, en la cual participaron centenares de
trabajadores municipales y unos 200 reclusos de la cárcel ”La Ladera”,
emprendida y ejecutada del 20 de enero de 1952 al 19 de marzo de 1953, la
última, fecha en la que se entregó oficialmente el estadio a toda la
ciudadanía. La tan anhelada inauguración del Atanasio se llevó a cabo con un
magnífico programa logístico y de un alto valor espiritual a cargo de Monseñor
Buenaventura Jáuregui obispo auxiliar en ese entonces de la diócesis de
Antioquia. La ciudad este día, al mando de Ocampo Álvarez, vivía una gran
fiesta, empezando con competencias de atletismo, seguido del fútbol que
despertó gran emoción a los asistentes.
La Unidad Deportiva en sus inicios contaba con un
estudiado montaje como lo fueron sus tribunas con capacidad para treinta mil
espectadores, un drenaje perfecto, amplias avenidas de acceso, parqueaderos para
quince mil autos y jardines que le daban un hermoso aspecto a la obra. Los
diseñadores tuvieron en cuenta un aspecto colorido: el verde esmeralda de la
cancha de balompié asemeja una enorme mesa de billar, un anillo de color
bermejo la circunda -era la pista de atletismo hecha por primera vez en
Colombia con polvo de ladrillo-, en los extremos de la cancha aparecían los
fosos de lanzamiento que mejoraban la estética al romper con la rígida simetría
del trazado que hay en ella; en esta cancha se llevaban acabo competencias a parte
del atletismo como garrocha, martillo, lanzamiento de jabalina, bala, etc.
contaba con tres bares y una cocina que garantizaba el servicio mas completo
para todos los concurrentes. Cabía un total de 32.300 espectadores cómodamente
ubicados.
Nombres como Federico Ospina, José María Bernal
(alcalde de la época), Jacques de Bedout, Jorge Ortiz, Rodrigo Mejía, Luis
Alberto Villegas y Roberto Ocampo son recordados con emoción e inmensa gratitud
ya que sacaron a flote la obra y le dieron más nombre y gran alegría a la
ciudad.
Con el pasar de los años se vio la necesidad de
ampliar el estadio, así hecho y terminado satisfactoriamente con una nueva
tribuna para 8.100 espectadores, uno de los motivos por los cuales este
proyecto fue aprobado fueron los juegos Centroamericanos y del Caribe
programados para el mes de julio de 1978 en Medellín. La ampliación fue
inaugurada el día 12 de octubre de 1977 y celebrada con una gran ceremonia.
Esta última ampliación dio lugar a 42 mil espectadores y con ella se decretó un
alza en las tarifas de ingreso que favorecieron a los equipos paisas
notablemente.
Gracias a estos juegos se aprobaron los programas y se
procedió a la ejecución de obras importantes, entre ellas el parque recreativo
¨Atanasio Girardot¨ ubicado al occidente de Medellín en el sector de la América.
El administrador del estadio, Iván Valencia, comenta
que: “…Para el año 1978 que fue el tema de los Centroamericanos
y del Caribe… hubo una gran importancia y fue la tribuna inicial de Oriental y toda esa conformación con relación a lo que
fue el primer piso … viene la transformación en el año 92 más o menos, que
termina, ya, la tribuna Oriental alta , sur y norte, luego viene otra
transformación importante en el estadio, con relación a lo que es un
mantenimiento de la figura estructural que es la sismo resistencia… El estadio
cambió un poco su fisionomía cuando le colocaron estas ariostas, que son unos
cuerpos metálicos que soportan, para el tema de sismo resistencia y alargan
mucho más la vida útil del escenario. Decimos que puede alargar 30, 40 años…”
El 11 de abril de 1991 se estrenó la nueva ampliación
del estadio Atanasio Girardot, dispuesta por
el entonces alcalde de Medellín, Juan Gómez Martínez. El estadio quedó
con las tribunas altas en los costados norte y sur, con una capacidad total de
53 mil espectadores, dos camerinos adicionales, un puesto de policía y otro de
enfermería, planta diesel para iluminación, ampliación de palcos y cabinas,
remodelación de las casetas para técnicos y periodistas, ocho cafeterías
interiores, seis unidades sanitarias para hombres y dos para mujeres en cada
costado, así como espacios para bomberos, defensa civil, comité metropolitano
de emergencias, ligas deportivas y otras dependencias del municipio. Esta remodelación se dio, precisamente, por la Copa
Libertadores, así lo afirma Iván Valencia: “…El
Estadio sí se ha transformado en varias fases… por ejemplo hasta el año 95
digamos que se hizo una etapa que fue la tribuna oriental y la tribuna sur y
norte (primero y segundo piso), ahí digamos que fue una etapa importante con
relación a lo que fue la época de Copa Libertadores y fue toda esa necesidad y
ese apogeo de ampliar los estadios, porque el fútbol en esos momentos era un
interés general…”
En el parque público recreativo se incluye la
iluminación total, plazoletas peatonales, bulevar que une la Plaza de Banderas
con la futura estación del metro, baños públicos y surtidores de agua,
reubicación de canchas de baloncesto, tejo y balonmano, mejoramiento del
diamante de beisbol y varias otras como andenes, bancas, arborización,
jardinería y redes de aguas lluvia. El gerente de la ampliación y remodelación
fue el ingeniero Efraín Álvarez y se invirtieron dos mil millones de pesos y se
contó con el apoyo de varias empresas de la ciudad.
Para demarcar las principales entradas, se
construyeron dos plazas que le dan carácter cívico a toda esta área de
esparcimiento: “La Plaza de Banderas” situada en el sector, tenía como marco
las mayores construcciones del conjunto, constituida además por una amplia zona
dura en forma circular, siguiendo el principal eje del parque, dotada además
con una fuente luminosa y los mástiles necesarios para colocar las banderas de
los países que tomaron parte en los juegos. Finalmente su zona central tiene
una obra a manera de isleta.
“El
parque Banderas, que hoy se llama Plaza Suramericana, se hizo a raíz de lo que
fue los juegos del 78, porque hay un protocolo a nivel deportivo y es de que
para estos juegos se tiene que izar las banderas, y eso tiene todo un cuento
protocolario en el cual se izan las banderas, se quedan hasta que se acabe,
entonces digamos que ahí se le bautizó inicialmente “Parque de Banderas. El Parque
de Banderas en ciertos momentos históricos ha tenido altibajos, descuidos, pero
hoy, digamos, a raíz de que EPM cuida los parques y las fuentes de aguas, ellos
asumen el cuidado de lo que es ya la Plaza Suramericana, entonces la fuente de
agua ellos la cuidan, la administración le colabora con el cuidado de lo que es
de pronto la pintura, o izar las banderas… y pues obviamente todo lo que esta
alrededor, de la limpieza de la plaza de banderas, hay contratos de
mantenimiento, contratos con el Jardín Botánico para los jardines, la rosería,
arbustos; con empresas varias, el tema de aseo… y hay una cultura también que
se está generando con el ciudadano que aprenda a botar y a reciclar con el tema
de las basuras… Se volvió un punto de referente de la ciudad…” (Iván Valencia).
La segunda plaza fue una fuente, la cual servía de
ornamentación del parque, de acceso peatonal y dispone de un espejo de agua
central, rodeado de jardines ornamentales que le imprimen un carácter de
frescura y tranquilidad.
La Unidad Deportiva hasta este entonces ya contaba con
una gran variedad de escenarios: estadio Atanasio Girardot, Coliseo Mayor de
baloncesto, Velódromo, diamante de beisbol, polideportivo, piscinas olímpicas,
piscina escuela, coliseo menor de baloncesto, diamante de softbol, estadio de
atletismo, canchas de tenis, canchas de fútbol, patinódromo y cancha de hockey.
Este complejo deportivo ha
mantenido un continuo proceso de avance y transformación, pues como lo asegura
Iván Valencia, “todos los alcaldes electos que han pasado por la ciudad en
estos 20 años, han tenido que ver con la unidad deportiva, la han transformado,
porque han visto en ella como un epicentro cultural de encuentro ciudadano,
para poder generar en ella todo un desarrollo estratégico y de imagen… Ha
habido otras situaciones sociales donde han hecho que el INDER con las
comunidades vayan viendo que el deporte,
la recreación, el tiempo de ocio, el tiempo libre sea una manifestación
cultural de necesidad de respuesta a los jóvenes, a las personas, como una
actividad en donde la comunidad reclama espacios públicos y espacios deportivos
dónde hacer actividad…”
Posterior
a esto, la ciudad adquirió un compromiso internacional con los Juegos
Suramericanos que propiciaron un cambio rotundo a la estructura que ya se
poseía. Estos cambios requirieron “de unos recursos importantísimos de la
nación y del departamento, pero sobretodo, del municipio. El municipio invirtió
con relación a todo el proyecto aproximadamente 350 mil millones de pesos, eso
es una plata representativa, importante
en un año para una ciudad…” esto potenció “la imagen internacional de Medellín
en relación a lo que es un epicentro deportivo y cultural. A nivel suramericano
somos uno de los escenarios y complejos deportivos mas completos…” (Iván
Valencia)
Quienes
dirigieron este proyecto de remodelación fueron los arquitectos Giancarlo
Mazzanti y Felipe Mesa, los cuales pretendían conmemorar uno de los símbolos de
la ciudad de Medellín: las montañas, dando así a través de las curvaturas la
sensación de una continuación en el horizonte. “Además la parte exterior (paredes) está conformada por una textura que de
una manera u otra funciona como punto focal a la mirada. Esta textura simula
una modulación de hojas, la cual complementa el concepto que hace honor a la
topografía antioqueña.” [2]
Iván Valencia afirma que los colores que se ven
alrededor del estadio buscan “…como darle un poco más de impacto vistoso, en
relación a que la unidad de pronto era fría, pero todos esos colores le dan un poco
más de vida…”
Se pensó también en un concepto de espacio público
con relación al ventero, buscando dignificar su trabajo con la construcción de los
módulos que se ven alrededor del complejo, de modo que dentro de sus
establecimientos comerciales pudieran estar en condiciones higiénicas.
Con lo que respecta a la Plaza Suramericana (o
parque banderas), a través del monumento de las banderas, se buscó hacer un
reconocimiento a los 15 países participantes de los Juegos Suramericanos,
también, a través de adoquines de cemento que tenían plasmados el nombre de
cada país. Estos se encuentran ubicados y distribuidos en los andenes a los
alrededores de la unidad deportiva.
Más adelante se sobrevino “…un hecho también
importante a nivel internacional y fue el Mundial de fútbol juvenil. Representa
mucho para la ciudad, a nivel publicitario representa más que los juegos
Suramericanos, el solo hecho de un deporte como es el fútbol, puesto que lo que es la FIFA, planteó una estrategia
publicitaria, alrededor del mundo (Haber traído a Colombia el segundo evento
más importante de ellos: lo ven mas de 200 millones de espectadores en el mundo).
Ahí la ciudad hizo también un esfuerzo importante, más o menos 20 mil millones
de pesos de parte de la municipalidad… se dio todo el cambio de camerinos… con
las exigencias que la FIFA pedía, intervino la red de incendios… se mejoró los
palcos, se mejoró el tema del sonido, la cancha de fútbol como tal, se mejoró
también lo que es la señalización, se intervino en silletería, en aire acondicionado,
en todo lo que se pedía a nivel de esta organización…” (Iván Valencia).
Todos estos cambios que se han dado a lo largo de la
historia, han hecho del complejo deportivo Atanasio Girardot un lugar
acondicionado para la interacción cultural de diversos grupos, quienes buscan
allí sus espacios, haciéndolos propicios para las manifestaciones culturales.
Es por esto que se vuelve común la gran concurrencia que tiene este espacio
público. Así lo afirma Iván Valencia: “Hoy a la unidad, mensualmente, vienen,
con todos los programas nocturnos que tenemos (tenemos programas en salud para
discapacitados, aeróbicos, ciclovías, en fin, tantos eventos)… más de las 500
mil personas… “. Y aunque este espacio público está regulado por el INDER, se
le permite la libre utilización de ciertas zonas a todos los actores
culturales. Así lo explica Iván Valencia: “…Desde la apropiación del espacio
usted lo puede hacer de una manera tal, en la cual usted no intervenga en
muchas situaciones: primero, que no este obstaculizando; segundo, que esté
haciendo una situación indebida; Y tercero, que haga un buen uso de él… No es
lógico que se ubiquen en zonas de acceso… se les permiten que usen los pisos
duros, las zonas verdes en donde no incomodan a nadie, no molestan a nadie…Tienen
un concepto bien interesante, estos grupos, en lo particular, me parece que son
muy importantes, hacen parte de la cultura de la ciudad, de ir generando la
apropiación del espacio público de una manera sana, interesante, como otra
opción, entonces no los vemos como un problema, no nos estorban, no son grupos
o personas que tampoco generen el vicio… gente muy sana, la verdad, ahí uno
nota que hay una cultura interna por la música, la cultura, el baile, también
la parte deportiva… reúnen muchas condiciones favorables…”
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